La reflexión y la libertad
La reflexión y la libertad
Tenemos la capacidad de reflexionar sobre nosotros mismos y sobre el entorno. En general, estamos acostumbrados a hacerlo sobre lo que salió mal, no funcionó como esperábamos o sobre algún momento doloroso para tratar de entender qué pasó.
Al leer la primera parte de Carlos Castilla del Pino en su discurso de ingreso en la RAE, amplié el significado que hasta entonces tenía de la palabra (tienes el link abajo).
Entendí que reflexionar también tiene el matiz de reflejar. Al revisar lo que pasa en tu entorno, se refleja tu forma de interpretarlo. ¿No os ha pasado que, al recordar alguna anécdota, cada persona que lo vivió, la relata de forma diferente, haciendo hincapié en detalles o interpretaciones que no recuerdas? Siéntate con tu familia y saca un tema del pasado… escucha lo que dicen y verás lo que pasa… Observarás donde cada uno puso la atención, y dónde lo hiciste tu…muy significativo.
También que hay una reflexión sobre lo que ya ha pasado, sobre una realidad que ya no existe porque es tan solo una memoria personal de un hecho.
Además, que hay una reflexión en el momento que te permite tomar decisiones diferentes para cambiar el resultado. Este significado es más conocido e igualmente potente…Es ese momento que, sentado en la cafetería de una tarde lluviosa y fría, pasas la mirada sobre “las meriendas” y levantas tu mano para decirle al camarero que quieres un té con un bizcocho de chocolate… Mientras viene, recuerdas que la Navidad fue generosa de dulces y tus pantalones encogieron (todos ellos) y tu “voy a comer mejor” está escrito en mayúsculas en la puerta de la nevera… Cuando con cara afable se acerca a ti, pides un té, nada más.
Me gusta la libertad que posibilita la reflexión… ¿No deberíamos ser más libres de nosotros mismos?.
O cuando llegas a esa reunión con un cliente o en tu oficina, e interpretas el saludo como más frío de la habitual o su gesto cómo de distancia y… zas, en dos microsegundos, tu pensamiento más negativo toma las riendas de ti y te hace actuar como si hubiera olas de 7 metros y vientos huracanados… todo se vuelve más tenso, más incierto… te vuelves mas cauteloso o más agresivo y todo se enturbia.
Cuando soy capaz de reflexionar sobre a qué pensamiento estoy dejando las riendas, entonces vuelvo a recobrar algo de libertad.
En un entorno tan rápido, reflexionar sobre uno mismo y lo que mis interpretaciones, creencias y percepciones reflejan de mí, me abre la puerta para ser libre de un pasado que me limita (más de yo mismo) y pedir solo un té, preguntar a la persona cómo se encuentra o mantener mi tranquilidad para que sea ésta la que favorezca la reunión…
Por si te sirve, te dejo las preguntas que me hago para ser más libre (esta es la ventaja de ser coach…😊)
- ¿Qué ha pasado realmente?
- ¿Qué di por hecho?
- ¿Dónde me lleva esa interpretación?
- ¿Qué otros significados podrían tener?
- ¿Qué me hace quedarme con el que me quedo?
- ¿Y si no tuviera razón? ¿Y si el mundo no girará en torno a mí…?
Por Cristina Vela
Ventajas de ser coach
Discurso: http://www.rae.es/sites/default/files/media/Discurso_Ingreso_Carlos_Castilla_del_Pino.pdf